DESAMPARO TECNOLÓGICO
- Enfoque Sensorial
- 10 jun 2024
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 14 jun 2024
En el Perú, apenas 20 de las 400 bibliotecas públicas cuentan con equipos tecnológicos adaptados para personas ciegas. Solo el 15% de las empresas realizan estas adaptaciones, dificultando la inclusión laboral.
La sala Delfina Otero Villarán en la Gran Biblioteca de Lima tiene 23 años de creación, siendo una de las primeras salas con equipos tiflotecnológicos para personas con discapacidad visual a nivel nacional.
En Perú, el acceso a bibliotecas adaptadas para personas con discapacidad visual es limitado. Según el Ministerio de Cultura, de las 400 bibliotecas públicas del país, solo 20 están equipadas con tiflotecnologías adecuadas, como lectores de pantalla y libros en braille. Entre estas se encuentran la Biblioteca Nacional del Perú (BNP), la Biblioteca Ricardo Palma y la Biblioteca del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR).
Rigoberto Camargo (65), trabajador de la sala Delfina Otero Villarán para personas con discapacidad visual en la Biblioteca Nacional del Perú (BNP), ha asesorado en el uso de tiflotecnologías durante más de 20 años. Esta sala, ubicada en la avenida Abancay, cuenta con 14 computadoras con lectores de pantalla como JAWS y NVDA, entre 650 y 700 libros en braille y 500 digitalizados, además de magnificadores de pantalla, lupas electrónicas y una impresora braille.
Tras perder la vista a los 33 años en un atentado terrorista en 1992, Rigoberto se rehabilitó durante ocho meses en el Centro de Rehabilitación de Ciegos de Lima (Cercil). Luego, volvió a la Biblioteca Nacional del Perú (BNP), donde promovió la creación de una sala para personas con discapacidad visual, comenzando con la transcripción de cuentos en braille. Hoy en día, Rigoberto sigue adaptándose a las aplicaciones digitales como Talkback, lo cual le permite hacer uso de su celular de manera independiente como contestar llamadas.
“Esta sala atiende entre 12 y 15 personas al día, brindando una atención personalizada por parte de nuestros voluntarios de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Universidad Femenina del Sagrado Corazón a los usuarios en el manejo de los lectores de pantalla y el acceso a la información, así como sesiones de inglés”, comenta Camargo.
La Sala Delfina Otero Villarán cuenta con alrededor de 800 usuarios registrados, incluyendo tres estudiantes con sordoceguera o hipoacusia, y una mayoría compuesta por jóvenes y adultos mayores. Uno de estos usuarios es Zacarías, de 63 años, quien refuerza sus estudios de computación en el Instituto Argentina a través de clases de exploración táctil en el uso de celulares. A pesar de enfrentar desafíos tecnológicos y la falta de empatía por parte de los docentes, Zacarías se esfuerza por aprender y destacarse en el área de economía y administración. Utiliza recursos como la línea braille para leer artículos, como el número 192 sobre la promoción del desarrollo regional, demostrando su dedicación y determinación.
“Cuando ingresé no había lectores de pantalla instalados en las computadoras, por eso un amigo me asiste en todas las clases. Sin embargo, yo sé que puedo aprender a manejar todas las herramientas posibles. Conocer de ello te permite destacar en cualquier área”, comenta Zacarías.
Bibliotecas accesibles
En América del Sur, Perú exhibe una notoria carencia con solo 20 centros de recursos accesibles para más de 150 mil personas con discapacidad visual. En comparación, Argentina cuenta con 100 centros para más de 250 mil personas, y Chile tiene 50 centros para unas 900 mil personas con discapacidad visual. En España, con aproximadamente 72 mil personas con discapacidad visual, existen más de 1000 centros de recursos accesibles, destacándose así como líder en la inclusión y accesibilidad para personas ciegas.
El modelo inclusivo de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (Once) en España ha proporcionado a las personas ciegas mayores oportunidades en el aprendizaje y la adquisición de información. La Once cuenta con un centro de tiflotecnología e innovación y gestiona una amplia red de bibliotecas y recursos equipados. Esto se refleja en la dotación de herramientas como línea braille y software de lectura de pantalla en casi todas las bibliotecas públicas y universitarias en España. Además, ha desempeñado un papel fundamental como donante en la implementación de tecnologías adaptadas para personas ciegas en el Centro de Rehabilitación de Ciegos en Lima (Cercil) y en la sala Delfina Otero Villarán. Su contribución incluye una colección de poesías en casetes, libros en braille, computadoras y entre otros recursos.
Inclusión laboral a través de la tecnología
La adopción de tiflotecnologías en el ámbito laboral en Perú sigue siendo limitada, según la Defensoría del Pueblo, con solo el 15% de las grandes empresas contando con tecnologías adaptadas para empleados con discapacidad visual. De las aproximadamente 150,000 personas con discapacidad visual en edad de trabajar, solo el 25% tiene empleo formal, mientras que el 60% trabaja en la informalidad debido a la falta de accesibilidad en la adquisición de información.
Perú cuenta con cinco centros de rehabilitación especializados en personas ciegas, principalmente en Lima Metropolitana. Destacando entre ellos, el Centro de Rehabilitación de Ciegos en Lima (Cercil) se distingue por su enfoque integral y su promoción activa de la reinserción laboral de las personas ciegas. En los últimos dos años, Cercil ha capacitado a alrededor de 80 participantes en programas de rehabilitación. Roxana Roldán, coordinadora de proyectos inclusivos en Cercil, enfatiza la importancia de adquirir habilidades en computación y el dominio de tecnologías para satisfacer las demandas del mercado laboral actual.
"Nuestros talleres incluyen niveles básico, intermedio y avanzado en computación. Actualmente, dos de nuestros participantes trabajan en la Biblioteca Nacional de San Borja en el área de digitalización, siete en el centro de masajes para invidentes y uno en la mina Antamina en el área administrativa. Todos ellos están perfeccionando sus habilidades tecnológicas para desempeñarse mejor en sus áreas", explicó Roldán.
Sin embargo, Cercil enfrenta limitaciones significativas, con una lista de espera de 180 personas buscando rehabilitación y un acceso limitado, con ingresos permitidos solo dos veces al año hasta el 2026. En Perú, son escasas las instituciones que ofrecen capacitaciones y acceso a tiflotecnologías. En este contexto, la Biblioteca Nacional del Perú en San Borja y la Gran Biblioteca Nacional del Perú en el Cercado de Lima se han convertido en recursos esenciales para el aprendizaje y el acceso a tecnologías para personas con discapacidad visual en todo el país.
Además, la sala Delfina Otero Villarán facilita el envío gratuito de libros digitales a distintas partes del país, como Piura y Tacna, ante la falta de estos recursos en las regiones. Esta iniciativa amplía el acceso a la información y la tecnología necesaria para el desarrollo personal y profesional de más personas con discapacidad visual en todo el país.
Los ojos de los que no pueden ver

Desde hace dos semanas, Ricardo, profesor invidente en tiflotecnologías, dicta talleres sobre herramientas y aplicaciones adaptadas para personas con discapacidad visual en la Biblioteca Nacional del Perú. Antes de finalizar el taller, el profesor toma una foto grupal de los asistentes y emocionadamente les explica la función de la aplicación "Be My Eyes", la cual describe detalladamente todo lo que registra la cámara, incluyendo el número de personas y cómo están vestidas.
Con gestos de dos dedos y la ayuda del lector de pantalla TalkBack, el señor Camargo y Zacarías aprenden a encontrar aplicaciones diarias como el teléfono y la cámara. Este lector de pantalla ha sido una funcionalidad de accesibilidad en Android desde 2009, permitiendo a las personas con discapacidad visual usar sus celulares de manera independiente.
En Perú, la implementación de tiflotecnologías en escuelas y lugares de trabajo sigue siendo limitada. La adopción de políticas inclusivas más efectivas y la expansión de tecnologías adaptadas son cruciales para promover la inclusión social y garantizar un mayor acceso para todos. Para ser parte de la Biblioteca Nacional y recibir la atención de voluntarios en experiencias con tiflotecnologías, solo se necesita acercarse con el carné de Conadis o, en su defecto, con un documento que indique la baja visión o ceguera total. Para acceder a la biblioteca digital, solo se debe ingresar al portal discapacidad_visual@bnp.gob.pe.
Redactado por Angela Karol Espiritu Diaz.
Comments