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AUSENCIAS QUE RETROCEDEN

Actualizado: 27 abr 2024

Según el informe del "Mercado laboral de personas con discapacidad en el 2023" revela que el 91.3% presenta dificultades para conseguir un trabajo formal. Las Oficinas Municipales de atención a las personas con discapacidad son el primer contacto del vecino con las oportunidades laborales. 


Alrededor de 447 mil personas buscan un empleo activamente en la capital. Según el más reciente informe técnico sobre la 'Situación del mercado laboral en Lima Metropolitana', elaborado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la tasa de desempleo ha alcanzado un 7.7%, en comparación con el año anterior. Sin embargo, para las personas con discapacidad la falta de oportunidades es alarmante, 91.3% presenta dificultades para conseguir un trabajo formal, lo curioso es que esta data preocupante representa un leve incremento del 2% registrado en los dos últimos años. 


En Lima Metropolitana, las municipalidades desempeñan un papel fundamental al diseñar planes de apoyo a través de sus entidades especializadas, como la Oficina Municipal de Atención a las Personas con Discapacidad (Omaped). Estas oficinas, presentes en todas las municipalidades, tienen la responsabilidad de recopilar información sobre los residentes con cualquier tipo de discapacidad sensorial, física o intelectual en el distrito, y facilitar su inscripción en diversos beneficios a través de plataformas específicas. Estos beneficios pueden incluir desde actividades recreativas hasta programas de apoyo social y acceso a oportunidades laborales mediante una bolsa de trabajo especializada.


Para inscribirse, los vecinos deben contar con su certificado de discapacidad, carnet de Conadis, además de un recibo de agua y luz. Marisa Castro, asistente social del Omaped de la Municipalidad de Lima, atiende diariamente a más de 50 personas con discapacidad en la oficina de la Gerencia de Desarrollo Social, ubicada en la cuadra 4 del Jirón Conde Superunda. Entre estos, aproximadamente diez son personas con ceguera total o parcial, y tres personas con problemas de audición que acuden a las autoridades en busca de apoyo para programas de comedores populares, el Programa Contigo y Conadis. Lo alarmante es que solo un aproximado de dos personas saben del programa, una vez que se le informa de los requisitos y pasan los filtros correspondientes, ellos pueden acceder a plataformas de trabajo de empresas externas, que es la principal razón por la que se acercan. Sin embargo, detalla que las convocatorias no son constantes y que las empresas indican que es complicado aceptar a personas con discapacidad.



Trabajador informal pidiendo limosna con su hijo en Jirón de la Unión.



En agosto del 2023,  Castro recibió denuncias por parte de dos personas con discapacidad auditiva que trabajaban en Cinemark, por obligarlas a trabajar más horas de lo establecido y mandarlas a turnos hasta altas horas, pese a que son personas que tienen dificultades para movilizarse, aunque realizó las denuncias a sus superiores no quedó en nada y las tuvieron que reubicar en otra empresa. Además, explica que la razón por la que no atienden programación de citas o reprogramaciones por teléfono es porque que las líneas no están actualizadas desde antes de la pandemia, las personas deben asistir presencialmente a las oficinas;  las personas con ceguera son las que más dificultades tienen para poder asistir, puesto que un gran porcentaje no puede ir solo y depende de alguien para movilizarse. Sobre las personas con discapacidad auditiva severa y problemas en comunicación, comenta que todo el personal que atiende al usuario ha estudiado lenguaje de señas, así sea en nivel básico, pero que también para casos más específicos cuentan con un intérprete de señas.  



La situación es distinta en el Omaped de San Isidro, ubicado en la Calle Roma 425, a dos cuadras del centro comercial Real Plaza Salaverry. En esta estrecha calle se encuentra una casa que es usada como la sede principal del Omaped del distrito, donde Flor Díaz, abogada con más de 13 años de experiencia y con discapacidad física, ocupa un papel central. A su cargo tiene a 57 personas, que abarcan niños, adultos y adultos mayores, con diversas discapacidades. Sin embargo, en su lista solo hay registradas a dos personas con ceguera total: Julio y José, de 35 y 70 años respectivamente, y cuatro personas con disminución en la capacidad auditiva: Johanna, Josué, Mario y Lucía.


De este grupo, solo José no es residente del distrito; reside en San Martín de Porres. Sin embargo, con el apoyo de la directora y el hermano de José, quien sí reside en el distrito, lograron registrar a José en la zona. Pero eso no es todo, también consiguieron apoyo del programa Centro de Rehabilitación de Ciegos de Lima (Cercil) para que aprendiera a usar el bastón de forma independiente, lo que le permite asistir al programa sin depender de sus familiares.


A diferencia de la gestión de La Municipalidad de Lima, Diaz realiza llamadas semanales a las empresas para preguntarles si requieren personal que se ajuste a las condiciones de sus afiliados, en caso no sea así ella les solicita algún espacio en algún evento corporativo en donde su comitiva pueda ir a ofrecer sus productos con el fin de generar ingresos para ellos mismos- Eso es la verdadera inclusión- señala. 


Demora en los trámites de salud: 


Uno de los requisitos para poder entrar al programa de apoyo es contar con el certificado que acredite que una persona tiene discapacidad.  El Hospital Suárez III, ubicado en la avenida Angamos con Suárez en el distrito de Miraflores, perteneciente a la red Essalud es uno de los encargados de emitir este certificado a los asegurados de la Red Rebagliati. Para la atención, solicitan visitas de aproximadamente dos meses para la evaluación del paciente y que la junta médica revise los exámenes médicos y pueda emitir un certificado. 


Según el personal de asistencia social del hospital, hay ciertas discapacidades congénitas que no requieren una revisión exhaustiva, sino que basta con el certificado de nacimiento que lo especifique. Sin embargo, para aquellos que hayan adquirido una discapacidad más adelante en la vida, el proceso completo es necesario. Este procedimiento puede resultar tedioso para muchos pacientes debido a las dificultades de movilidad que enfrentan. Es por eso que, hasta la fecha, solo se han emitido 40 certificados en lo que va del año 2023.



Otra realidad se vive en los hospitales del Ministerio de Salud en donde los requisitos son mayores, este es el caso del Centro Santa Luzmila II, ubicado a pocos metros de la Municipalidad de Comas, en donde primero deberán traer una hoja de referencia de su centro de salud más cercano.  Los pacientes esperan por más de dos semanas para que les acepten su transferencia, no existe una prioridad para los pacientes con discapacidad, a menos que cuenten con una urgencia médica.


A partir de ese punto, muchos pacientes enfrentan una situación angustiante. Desde hace dos meses, el Centro Santa Luzmila II se ha quedado únicamente con una asistenta social, quien debe turnarse entre ambos horarios para cubrir la demanda de transferencias que se presentan. Lo inquietante es que, según la lista de hospitales autorizados para emitir este certificado, en Comas solo hay dos establecimientos del MINSA capacitados para hacerlo, siendo el otro el Hospital Sergio Bernales en Collique.


Existe una poca capacidad de atención y sensibilidad por parte de las Municipalidades para la difusión y atención de estos casos, además de que los trámites y la larga espera de los hospitales del Estado termina desmotivando en muchas ocasiones a los vecinos, quienes son personas que muchas veces no cuentan con alguien que estén a su disposición de apoyarlos con el fin de movilizarse constantemente.  


Escuche la transcripción aquí ▶



  • Redactado por: Claudia Matos Martinez

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