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ESPERA QUE DESESPERA

Actualizado: 21 may 2024

En el Perú, cinco de cada 1000 nacimientos al año presentan pérdida auditiva y dos son sordos. La tardanza del INSN en responder por implantes cocleares causa desconfianza. La intervención puede costar entre 5 mil y 17 mil dólares en sector privado.


Existen muchas dificultades para que una persona con discapacidad auditiva pueda llevar una vida normal y al corriente como las demás personas, como también desempeñarse en la sociedad. En el Perú la espera por una intervención quirúrgica de un implante de un procesador del sonido es larga y el único centro de salud bajo el amparo del Ministerio de Salud (Minsa) que ofrece implantes cocleares a niños y niñas es el Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN).


Desde el primer caso presentado en 2017, ha brindado este servicio a 76 pacientes pediátricos. Según las estadísticas del servicio de Otorrinolaringología, en total hay más de 7 mil menores que tienen alguna alteración auditiva y que asisten a esta institución para atenderse.



Una cruda realidad

Vanesa Yupanqui de 32 años llegó a Lima hace 20 años, ella es natural de Andahuaylas. En su hogar reinan dos pequeños tesoros, una de 9 años y el menor de 2 años. Envueltos en el dulce silencio de la ternura, admiran a su madre como claro ejemplo de lucha. Como adolescentes rebeldes no responden al llamado de su madre. Sin embargo, en este escenario de amor y cuidado, resonando en la armonía del silencio, se revela una verdad profunda y conmovedora. Los dos, con sus risas silenciosas y sus sueños aún más vibrantes, comparten más que un vínculo una discapacidad auditiva.


Han transcurrido un año y cinco meses y Vanesa Yupanqui sigue esperando una respuesta por la renovación de procesado de sonido para el implante coclear de su primogénita de iniciales A.G.Y por parte del Estado, para ser más precisos del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN).  Desde septiembre del 2022, este vital componente, esencial como el latido del corazón, se encuentra en espera, un retraso que amenaza con sumergir a su pequeña hija de 9 años en el silencio una vez más.


La menor había sido sometida a una operación de un implante coclear luego de una larga espera cuando tenía 2 años en entonces, según su diagnóstico tiene una perdida profunda auditiva que como consecuencia tiene que llevar el aparato coclear de por vida. Este es un dispositivo electrónico que se implanta en el oído interno mediante una cirugía de gran complejidad, con el propósito de activar directamente el nervio auditivo y reemplazar la función de la cóclea.


Yupanqui afirma que para poder adquirir el implante coclear tuvo que esperar un año y medio insistiendo cada vez que se pueda al INSN. Sin trabajo, su amor por su hogar y al de sus hijos hace que su lucha siga en pie. El esposo de Vanesa Yupanqui es albañil, llegándose a convertir en el motor para poder cubrir los gastos que adquiere cada que se acerca al INSN, gastos que cubren pasajes y alimentación de ambos menores. 


El INSN asegura que, al separar una cita el tiempo de espera es de mínimo un mes y de acuerdo a la evaluación de Médico Otorrino para poder ejecutar una operación de un implante coclear o de su renovación tiene que esperar hasta dos meses. Además, que la ejecutarse la intervención solo se puede realizar para un oído, debido a la cola de espera de los pacientes.


En el territorio peruano, de cada 1,000 nacimientos anuales, aproximadamente cinco niños presentan algún nivel de pérdida auditiva, siendo dos de ellos catalogados como sordos. Para evitar una discapacidad auditiva permanente, es crucial que estos últimos reciban un implante coclear antes de cumplir los 5 años. Pero, el personal del INSN menciona qué, si el menor tiene más de 4 años se tendría que hablar con el Otorrino encargado y dependerá del mismo si las condiciones acreditan que se realice una intervención. Para Yupanqui aferrarse en el Estado es crucial en tanto al factor económico, debido a que, las intervenciones y los dispositivos que se colocan a los pacientes son financiados por el Seguro Integral de Salud (SIS), de tal forma que no presenta ningún costo para la familia. Sin embargo, para la madre de familia el Estado no toma consideración a esta parte de la sociedad.


Instituto Nacional de Salud del Niño - San Borja



El nuevo refugio


Vanessa Yupanqui acudió a una Organización no gubernamental (ONG) denominada Oír para crecer que se encuentra ubicada en el distrito de Pueblo libre, que abiertamente brinda este servicio sin fines de lucro para garantizar el tratamiento de sus dos hijos.  La desesperación por lo tiempos y las faltas de respuesta por parte del Estado era algo que no dejaba tranquila a Yupanqui. Acudió a una ONG que ofrece este servicio de manera gratuita, consciente de que los costos en el sector privado son exorbitantes, llegando a alcanzar entre 5 mil y 17 mil dólares solo por el implante coclear. Como lo afirma Yupanqui: “Es como si mis hijos tuvieran un auto en sus oídos” mientras se ríe irónicamente. Además, las terapias necesarias durante dos años elevan el costo total hasta los USD 21 mil, una suma inalcanzable para una familia con dificultades económicas.


Es por ello que, Oír para crecer prevalece en los intereses de la familia para poder realizar el tratamiento correspondiente, teniendo en cuenta que en la ONG no se realizan las intervenciones. Sin embargo, para sus hijos es una alternativa porque a la mayor se le realiza terapias y cambios de baterías en sus audífonos hasta que llegue la respuesta por su renovación coclear. Mientras que al menor de iniciales E.G.Y se le ha adaptado audífonos para avanzar con la terapia, a la espera de que su hermana reciba la renovación para postular a un cupo en el INSN y tener su implante coclear.  Vanesa Yupanqui, conoce de primera mano los desafíos que enfrentará nuevamente en la espera de este procedimiento vital, pero su determinación y amor inquebrantable por sus hijos la mantienen firme en la búsqueda de una vida plena para ellos.


Escucha la transcripción aquí ▶



  • Redactado por: Roberth Palomino Orezano

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